El camión de la cal

Me gustaba esa sensación de cotidianidad que representaba para mi acompañar a mi hermano a vender la cal. Yo tenía 12 años, e iba de ayudante. De las antiguas caleras de mi pueblo, mi padre extraía la roca caliza que posteriormente calcinaba en sus hornos y vendía a distintos puntos de la provincia de Huelva. […]

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Cuando la caldera aún estaba caliente

Cuando terminó la escuela, mi padre, Gabriel Rodríguez, empezó a trabajar para la Compañía. Era el año 1948, tenía 14 años y cobraba 5 pts. al mes. Cada día, después de la jornada de trabajo de la locomotora a vapor «Corrales», mi padre debía limpiar concienzudamente la máquina. Esta tarea exigía desprender, desde el interior, los […]

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