Yo fui la casa de los guardeses de la bodega. El tío Gregorio y la tía Pepa vivían aquí. Alrededor, todo era industria. En la bodega, que años después fue vaquería, se producía el vino que durante décadas abasteció a otras bodegas de la zona. Del comercio del tártaro; el fino poso del vino utilizado en la industria química, alimenticia y farmacéutica; se encargaban D. Evaristo y D. Adolfo. A través del ferrocarril, lo hacían llegar a la fábrica de tártaro que la familia Ensesa tenía en Gerona.
Al final de nuestra calle, la calle San Marcos, estaban las bodegas Celum, donde los más jóvenes tomaban vermú y mistelilla los fines de semana. A esos mismos jóvenes los vi crecer. Los he visto recorrer mi calle en numerosas caminatas a por quesos del Record y los he visto pellizcar los quesos en su camino de vuelta.
Al igual que yo, la fábrica de quesos manchegos Record, sigue siendo industria.
De toda esta industria, todavía somos parte todos.Alcázar de San Juan, Ciudad Real.
«Memorias de la casa de los guardeses». Relatos de la Industrial. © Eiffel Lab. 2015.